Has de oír este decir
que se abre en los labios como flor.
Te llamaré Padre, porque
la palabra me sabe a más amor.
Tuyo me sé,
pues me miré
en mi carne prendido en tu fulgor.
Me has de ayudar a caminar,
sin deshojar mi rosa de esplendor.
Por cuanto soy gracias te doy :
por el milagro de vivir.
Y por el ver
la tarde arder,
por el encantamiento de existir.
Y para ir,
Padre, hacia ti,
dame tu mano suave y tu amistad.
Pues te diré :
solo no sé ir rectamente hacia tu claridad.
Tras el vivir,
dame el dormir con los que aquí anudaste a mi querer.
Dame, Señor,
hondo soñar.
¡ Hogar dentro de ti nos has de hacer ! Amén. "
( Gabriela Mistral ).
ENVIÓ : PATRICIO GALLARDO VARGAS.
Demasiada Linda, nunca la había escuchado, este sentimiento de agradecer a Dios al amanecer, al atardecer y al anochecer es hermoso!!!
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