La limosna
Dame un trozo de paz, Señor,
un trozo de alegría pequeña,
unas migajas luminosas de amor.
Hoy he llegado hasta tu puerta al fin cansado y pobre
para pedirte luz, para pedirte tu limosna de paz,
de dicha grandede que estamos tan faltos,
(tan mendigoyo mismo de amor y convivencia al
lado de otros pobres que lo ignoran u olvidan que lo son
y que ahora suplican en mi verso).
Dame un trozo de sorpresa muy frágil.
Un cestillo de paz y de querencia
para volver de nuevo por mis pasos
e irles repartiendo a los hombres
pan y amor y alegría para poder buscarte
( V. Arteaga ).
FUENTE : www.pastoralsj.org/oracion/
ENVIÓ : PATRICIO GALLARDO V.
domingo, 20 de enero de 2008
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