“Quien no se lanza mar adentro nada sabe del azul profundo del agua, ni del hervor de las aguas que bullen. Nada sabe de las noches tranquilas cuando el navío avanza dejando una estela de silencio. Nada sabe de la alegría de quedarse sin amarras, apoyado sólo en Dios, más seguro que el mismo océano. Desventurado aquel que se queda en la orilla y pone toda su esperanza en tierra firme, la de los hombres razonables, calculadores, seguros de sí mismos, que se imaginan ricos y están desnudos, que creen construir para siempre y sólo amontonan ruinas que siempre les acusarán”
(P. Lyonnet).
FUENTE : www.vocacionesjesuitas.blogspot.com/
ENVIÓ : PATRICIO GALLARDO V.
4 comentarios:
Les comento que el poema que exponen es de mi autoría y es el original de la siguiente manera:
QUIEN NO SE LANZA MAR ADENTRO:
Quien no se lanza mar adentro
nada sabe del azul profundo del agua,
ni del hervor de las aguas que bullen.
Nada sabe de las noches tranquilas,
cuando el navío avanza
dejando una estela de silencio.
Nada sabe de la alegría
de quedarse sin amarras,
apoyado sólo en Dios,
más seguro que el mismo océano.
Desventurado aquel que se queda en la orilla
y pone toda su esperanza en tierra firme,
la de los hombres razonables,
calculadores, seguros de sí mismos,
que imaginan ser ricos y están desnudos,
que creen construir para siempre
y sólo amontonan ruinas que siempre les traicionan.
Autor: Daniel Fernando Caminoa Lizarralde
Excelente. Ese texto me acompaña hace 30 años
A mi esposo se lo regalaron en una tarjeta, yo me lo sé de memoria desde esa vez y me encantó. Muy cierto, lo felicito
Muchísimas felicidades, me encanta la reflexión poética a la que me conduce el poema.
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