viernes, 29 de febrero de 2008

LA OVEJITA.

LA OVEJITA.
" Una dama estaba veraneando en Suiza,
un día salió a caminar, cuando subía por unos cerros se encontró un rebaño y a un pastor.
Caminó hasta la puerta del redil y miró. Allí estaba el pastor rodeado de su rebaño, cerca de donde estaba sentado, en un montón de paja, estaba echada una oveja que parecía sufrir. Cuando la observó más de cerca, vió que tenía una pata quebrada.
-¿Qué le pasó?- preguntó ella.
Para asombro suyo,
el pastor respondió:
-Le quebré la pata-
Al notar la mirada de dolor que contrajo el rostro de la visitante,
el pastor explicó:
-Señora, de todas las ovejas de mi rebaño,
ésta era la más rebelde, nunca me obedecía,
no seguía el camino que yo le indicaba al rebaño,
se descarriaba y comenzaba a caminar por el borde de peligrosos
despeñaderos y profundos abismos. Pero no solamente me desobedecía,
sino que estaba arrastrando consigo a otras ovejas del rebaño.
Me había pasado esto ya con otras ovejas antes, por eso le quebré una pata.
El primer día le llevé comida y trato de morderme. La dejé sola un par de días.
Entonces volví a verla, ahora, no solo recibió el alimento, sino que me lamió la mano y mostró señales de sumisión y afecto, ahora bien, cuando esta oveja se mejore, y será pronto, va a ser un modelo de oveja en mi rebaño.
Ninguna oveja va a oír tan rápidamente como ella mi voz,
ninguna caminará tan cerca de mí, en vez de descarriar a sus compañeras,será un verdadero ejemplo y guiará a las que tienen tendencia a extraviarse,las conducirá consigo por el sendero de la obediencia a mi llamado.
En resumen, ocurrirá una completa transformación en la vida
de esta oveja descarriada. Ha aprendido la obediencia por medio del sufrimiento.
Hay que pasar por las tristezas para poder apreciar la verdadera felicidad.
El camino más corto hacia la liberación, consiste en la sumisión completa a la voluntad de Dios, aunque para ello haya que pasar por el horno de fuego. "
( Autor desconocido ).
ENVIÓ : PATRICIO GALLARDO V.

jueves, 28 de febrero de 2008

AGUA VIVA - PABLO MUTTINI.



AGUA VIVA - PABLO MUTTINI.
Rezando con Jn, 4, 5-45

Es notable ver cómo administrando lo poco se vuelve uno más justo.
En la abundancia, no se mira demasiado al vecino,
pero cuando se debe administrar la escasez la justicia es casi obligatoria.
La abundancia nos invita al derroche.La escasez, al juicio.
Parece una obviedad pero no lo es.Cuando en la mesa,
la botella está llena, ningún comensal se preocupa por ver
cuánto vierte en su copa; cada uno se sirve y punto.
Promediando la comida y al tiempo en que la bebida se acaba,
allí sí, antes de servir, se miran los vasos ajenos.
Ya sobre las últimas gotas, hasta se colocan juntos los vasos
para que el reparto sea exacto.Será un hábito tal vez.
Administrar lo poco es todo un desafío.
Reconocer en lo poco la oportunidad del compartir,
una gracia.Leyendo lo de Jesús y la Samaritana,
vaya a saber por qué me vino esto al corazón.
Agua viva, dice Jesús.Agua viva para que todos tengan vida.
Agua viva que, en el mejor de los casos esperamos recibir de Él,
y no llegamos a reconocer en nosotros.Agua viva que, sin embargo,
pese a que consideremos nuestra vida un desierto,
siempre está y siempre deja huellas.
Agua viva latente en las profundidades o las grietas.
Torrente que aprovecha nuestras fallas, hendiduras,
depresiones, vacíos, ausencias, para hacerse visible y allí,
donde la tierra se quiebra y sólo queda el hueco, se hace curso y
permite que la esperanza florezca y dé frutos.
Manantial oculto en las profundidades de nuestro ser,
dispuesto y disponible para ser descubierto.
Pero el agua no es sólo para nosotros.
Mandato es dar de beber al sediento.
Por eso me vino a la mente lo de la copa y el compartir lo poco.
Quiero pedirle al buen Jesús que me ayude a volver a encontrar
esa agua que Él derramó en mí, y que luego,
me enseñe otra vez a compartirla con los demás.
Ya los primeros vasos me los tomé sin mirar a los otros.
Ahora, quiero tratar de ser justo.Un poquito para vos.
Un poquito para mí…a ver…ahora sí están parejos.
Vida para vos.Vida para mí.Salud.Amén.
ENVIÓ : PATRICIO GALLARDO V.

miércoles, 27 de febrero de 2008

DECÁLOGO DE LOS PERSONAJES DE LA CUARESMA.

CURACIÓN DEL CIEGO DE NACIMIENTO.
Decálogo de los personajes de la cuaresma.
1.- LA SAMARITANA: Es el ejemplo de la persona alejada, que se encuentra con Jesús, se abre a su diálogo, se deja interpelar, abre su conciencia y Jesús transforma su vida. Necesitaba el agua viva para limpiar las adherencias y suciedades de su vida anterior. El agua de Jesucristo la limpia y purifica y se convierte en otra persona y en un testigo. (Jn. 4, 1-31)

2.- LA MUJER ADULTERA: Personifica la capacidad de misericordia de Jesucristo. Habla del misterio del perdón cristiano. Llama a la sinceridad del corazón y de una vida recta partiendo de uno mismo. Alerta sobre nuestros juicios y prejuicios. Habla de la necesaria apertura cristiana hacia todas las personas, que siempre son dignas del amor y del perdón de Dios. Testimonia la potencialidad salvadora de la mirada compasiva de Jesucristo. (Jn. 8, 1-11)

3.- EL PADRE DE LA PARÁBOLA DEL HIJO PRÓDIGO: Es la imagen del Dios Padre rico en misericordia. Nos recuerda su amor, su bondad, su espera. Cree en la libertad y confía en el retorno de su hijo. No inquiere, no lleva cuentas del mal, sino que siempre está dispuesto al abrazo del perdón, de la reconciliación y de la vida nueva. Es justo desde el amor, un amor que no tiene medidas ni reglas puramente humanas. (Lc. 15,11-32)

4.- EL HIJO PRÓDIGO: Es, de nuevo, imagen de los alejados y de aquellos que hacen, en algún momento, un uso indebido de su libertad y de sus derechos. Es prototipo, en primera instancia, de quien piensa sólo en sí mismo y busca los placeres rápidos, inmediatos y efímeros. Es después representación de la obra de la gracia, que también desde situaciones, circunstancias y conveniencias humanas, va moviendo el corazón hacia la conversión. Toma conciencia de su situación de postración, se pone en camino, se deja guiar por la reconciliación y experimentan el don y la gracia inmensas del perdón y del amor.
(Lc. 15,11-32)

5.- EL HERMANO MAYOR DEL HIJO PRÓDIGO: Es reflejo de tantos de los planteamientos de los "cercanos", de los que se mantienen en la Iglesia, pero que no acaban de abrir del todo su alma a la sabiduría de Dios y a la plenitud del Evangelio. Lleva "cuentas", el calculador, lo tiene todo apuntado, tiene sus razones y sus derechos. Pero necesita encontrar las verdades razones y derechos de la gratuidad, del perdón y del amor.

6.- NICODEMO: Representa al hombre cabal, religioso y recto que busca la verdad. La cuaresma es tiempo para no anclarnos en la "verdad" de nuestros pensamientos y opciones sino de ponernos en camino en la búsqueda de la verdad auténtica y definitiva. (Jn., 3.1-21)

7.- EL ENFERMO DE LA PISCINA DE BETESDA: Es el prototipo del enfermo que aguarda la salud y de quien necesita ayuda de los demás. Llevaba 38 años enfermo y nadie le había empujado a la piscina de las aguas sanadoras. El cristiano debe estar alerta para descubrir a quien necesite de nosotros. El enfermo de la piscina de Betesda, una vez sanado, es también modelo de agradecimiento y de testimonio.

8.- EL CIEGO DE NACIMIENTO: Representa la oscuridad y la ceguera como enfermedad del cuerpo y como enfermedad del alma. Cuaresma es descubrir las oscuridades de nuestra vida cristiana y buscar la mano sanadora de Jesús, que, a través de su Iglesia, unta el barro y el ungüento de la luz en los ojos de nuestra alma. La fe es la luz; Jesús es la luz. Vivir sin la fe, vivir sin Jesús es oscuridad y ceguera. Y el cristiano, como el ciego de nacimiento, una vez recobrada la vista, debe ser testigo de la Luz. (Jn. 9, 1-41)

9.- LÁZARO: Es el amigo de Jesús. Es el resucitado, signo y primicia de la gran Resurrección de Jesucristo, prenda de nuestra futura resurrección. También nosotros, si creemos, si mantenemos y cultivamos la amistad con Jesús, podremos ver la gloria de Dios y dar testimonio de ella con nuestras obras. Lázaro, junto a sus hermanas Marta y María, habla de la necesidad de mantener un trato de intimidad con Jesús y de hacer de nuestra cuaresma tiempo y espacio para nuestra Betania cotidiana. (Jn. 11, 1-44).

10.- MARÍA DE NAZARET: Es la madre, es la solidaria, la asociada a la pasión, muerte y resurrección de su Hijo Jesucristo. Mira la pasión y la pascua con ojos y corazón compasivos, como Jesús. Está. Testimonia así la fuerza decisiva de la presencia, de la compañía, de saber estar en el lugar donde debemos estar. María de Nazaret nos ha de ayudar a permanecer al pie de la cruz de nuestros hermanos y a saber acompañarlos con nuestra presencia y amor en sus Vías Dolorosas. (Jn. 19. 25-27) (Jesús de las Heras Muela - Director de ECCLESIA)
FUENTE : www.revistaecclesia.com/
ENVIÓ : PATRICIO GALLARDO V.

martes, 26 de febrero de 2008

El prójimo.

El prójimo no es algo que ya existe.
Prójimo es algo que uno se hace.
Prójimo no es el que ya tiene conmigo relaciones de sangre,
de raza, de negocios, de afinidad...
Prójimo me hago yo cuando ante un ser humano,
incluso ante el extranjero o el enemigo,
decido dar un paso que me acerque, me aproxime a él.
( Cardenal Carlo María Martini ).
ENVIÓ : PATRICIO GALLARDO V.

lunes, 25 de febrero de 2008

VÍA CRUCIS PARA LA TERCERA SEMANA DE CUARESMA.

" EL VELO DE LA VERÓNICA "- ZURBARÁN.

Vía Crucis para la tercera semana de Cuaresma.
" Este Vía Crucis fue compuesto por la Madre Teresa de Calcuta para los jóvenes del mundo, con motivo del Congreso Eucarístico Internacional de 1976, con el título: "Un recorrido por la Pasión de Cristo, de ayer y de hoy"

PRIMERA ESTACIÓN
Jesús es condenado a muerte
"Llegada la mañana todos los príncipes de los sacerdotes, los ancianos del pueblo, tuvieron consejo contra Jesús para matarlo, y atado lo llevaron al procurador Pilatos" (Mt 27,1-2). El pequeño niño que tiene hambre, que se come su pan pedacito a pedacito porque teme que se termine demasiado pronto y tenga otra vez hambre. Esta es la primera estación de calvario.

SEGUNDA ESTACION
Jesús carga con la cruz
"Entonces se lo entregó para que lo crucificasen. Tomaron, pues, a Jesús, que llevando la cruz, salió al sitio llamado Calvario, que en hebreo se dice Gólgota" (Jn 19,16-17). ¿No tengo razón? ¡Muchas veces miramos pero no vemos nada! Todos nosotros tenemos que llevar la cruz y tenemos que seguir a Cristo al Calvario, si queremos reencontrarnos con Él. Yo creo que Jesucristo, antes de su muerte, nos ha dado su Cuerpo y su Sangre para que nosotros podamos vivir y tengamos bastante ánimo para llevar la cruz y seguirle, paso a paso.

TERCERA ESTACIÓN
Jesús cae por primera vez
"Dijo Jesús: El que quiera venir en pos de mí, que se niege a sí mismo, tome su cruz y sígame, pues el que quiera salvar su vida la perderá: pero el que pierda su vida, ese la salvará". (Mt 16,24). En nuestras estaciones del Via Crucis vemos que caen los pobres y los que tienen hambre, como se ha caído Cristo. ¿Estamos presentes para ayudarle a Él? ¿Lo estamos con nuestro sacrificio, nuestro verdadero pan? Hay miles y miles de personas que morirían por un bocadito de amor, por un pequeño bocadito de aprecio. Esta es una estación del Via Crucis donde Jesús se cae de hambre.

CUARTA ESTACIÓN
Jesús encuentra a su Madre
"Proclama mi alma la grandeza del Señor, se alegra mi espíritu en Dios mi salvador, porque ha mirado la humillación de su esclava... Desde ahora me felicitarán todas las generaciones, porque el Poderoso ha hecho obras grandes en mí" (Lc 1, 45-49). Nosotros conocemos la cuarta estación del Via Crucis en la que Jesús encuentra a su Madre. ¿Somos nosotros los que sufrimos las penas de una madre? ¿Una madre llena de amor y de comprensión? ¿Estamos aquí para comprender a nuestra juventud si se cae? ¿Si está sola? ¿Si no se siente deseada? ¿Estamos entonces presentes?

QUINTA ESTACION
El cirineo ayuda a Jesús a llevar la Cruz

"Cuando le llevaban a crucificar, echaron mano de un tal Simón de Cirene, que venía del campo y le obligaron a ayudarle a llevar la Cruz" (Lc 23,26). Simón de Cirene tomaba la cruz y seguía a Jesús, le ayudaba a llevar su cruz. Con lo que habéis dado durante el año, como signo de amor a la juventud, los miles y millones de cosas que habéis hecho a Cristo en los pobres, habéis sido Simón de Cirene en cada uno de vuestros hechos.

SEXTA ESTACION
La Verónica limpia el rostro de Jesús
"Porque tuve hambre y me distéis de comer, tuve sed y me distéis de beber" (Mt, 25, 35). ¿Con respecto a los pobres, los abandonados, los no deseados, somos como la Verónica? ¿Estamos presentes para quitar sus preocupaciones"y compartir sus penas? ¿O somos parte de los orgullosos que pasan y no pueden ver?

SÉPTIMA ESTACION
Jesús cae por segunda vez
"¿Quienes son mi madre y mis parientes? Y extendiendo su mano sobre sus discípulos dijo Jesús: he aquí a mi madre y a mis parientes... quienquiera que haga la voluntad de mi Padre" (Mt 12, ,48-50). Jesús cae de nuevo. ¿Hemos recogido a personas de la calle que han vivido como animales y se murieron entonces como ángeles? ¿Estamos presentes para levantarlos?. También en vuestro país podéis ver a gente en el parque que están solos, no deseados, no cuidados, sentados, miserables. Nosotros los rechazamos con la palabra "alcoholizamos". No nos importan. Pero en Jesús quien necesita nuestras manos para limpiar sus caras. ¿Podéis hacerlo?, ¿o pasaréis sin mirar?

OCTAVA ESTACIÓN
Jesús consuela a las mujeres
"Le seguía una gran multitud del pueblo y de mujeres, que se lamentaba y lloraban por Él. Vuelto hacia ellas les dijo: Hijas de Jerusalén, no lloréis por mí, llorad más bien por vosotras mismas y por vuestros hijos" (Lc 23,27-28).Padre Santo, yo rezo por ellas para que se consagren a tu santo nombre, santificadas por Ti; para que se entreguen a tu servicio, se te entreguen en el sacrificio. Para eso me consagro yo también y me entrego como sacrificio con Cristo.

NOVENA ESTACIÓN
Jesús cae por tercera vez
"Os he dicho esto para que tengáis paz conmigo. En el mundo tendréis tribulaciones, pero confiad: yo he vencido al mundo" (Jn 16,33). Jesús cae de nuevo para ti y para mí. Se le quitan sus vestidos, hoy se le roba a los pequeños el amor antes del nacimiento. Ellos tienen que morir antes del nacimiento. Ellos tienen que morir porque nosotros no deseamos a estos niños. Estos niños deben quedarse desnudos, porque nosotros no deseamos, y Jesús toma este grave sufrimiento. El no nacido toma este sufrimiento porque no tiene más remedio de desearle, de amarle, de quedarme con mi hermano, con mi hermana.

DÉCIMA ESTACIÓN
Jesús es despojado de sus vestiduras

"Cuando los soldados crucificaron a Jesús, tomaron sus vestidos, haciendo cuatro partes, una para cada soldado y la túnica" (Jn 19,23)¡Señor, ayúdanos para que aprendamos a aguantar las penas, fatigas y torturas de la vida diaria, para que logremos siempre una más grande y creativa abundancia de vida!

UNDÉCIMA ESTACION
Jesús es clavado en la cruz
"Después de probar el vinagre, Jesús dijo": Todo está cumplido, e inclinando la cabeza entregó el espíritu" (Jn 19,30). ¡Empecemos las estaciones de nuestro via crucis personal con ánimo y con gran alegría, pues tenemos a Jesús en la sagrada Comunión, que es el Pan de vida que nos da vida y fuerza! Su sufrimiento es nuestra energía, nuestra alegría, nuestra pureza. Sin él no podemos hacer nada.

DUODÉCIMA ESTACIÓN
Jesús muere en la cruz
"Después de probar el vinagre, Jesús dijo": Todo está cumplido, e inclinando la cabeza entregó el espíritu" (Jn 19,30). ¡Empecemos las estaciones de nuestro via crucis personal con ánimo y con gran alegría, pues tenemos a Jesús en la sagrada Comunión, que es el Pan de vida que nos da vida y fuerza! Su sufrimiento es nuestra energía, nuestra alegría, nuestra pureza. Sin él no podemos hacer nada.

DECIMOTERCERA ESTACION
Jesús es bajado de la cruz
"Al caer la tarde vino un hombre rico de Arimatea, llamado José, que era discípulo de Jesús... tomó su cuerpo y lo envolvió en una sábana limpia" (Mt 27,57.59). Vosotros jóvenes, llenos de amor y de energía, ¡no desperdiciéis vuestras fuerzas en cosas sin sentido!

DECIMOCUARTA ESTACIÓN
Jesús es sepultado
"Había un huerto cerca del sitio donde fue crucificado Jesús, y en él un sepulcro nuevo, en el cual aún nadie había sido enterrado... y pusieron allí a Jesús" (Jn 19,41-42). Mirad a vuestro alrededor y ved, mirad a vuestros hermanos y hermanas no sólo en vuestro país, sino en todas las partes donde hay personas con hambre que os esperan. Desnudos que no tienen patria. ¡Todos os miran! ¡No le volváis las espaldas, pues ellos son el mismo Cristo!
ENVIÓ : PATRICIO GALLARDO V.

EL ABC DEL CRISTIANO.

EL ABC DEL CRISTIANO

A laba a Dios en cada circunstancia de la vida
B usca la excelencia, no la perfección.
C uenta tus bendiciones en vez de sumar tus penas.
D evuelve todo lo que tomes prestado.
E ncomienda a tres personas cada día
F iate de Dios de todo corazón y no confíes en tu propia inteligencia
G ózale con los que se gozan y llora con los que lloran.
H az nuevos amigos pero aprecia a los que ya tienes.
I nvita a Cristo a ser tu Señor y Salvador.
J amas pierdas una oportunidad de expresar amor.
L ee tu Biblia y ora cada día.
M antente alerta a las necesidades de tu prójimo.
N o culpes a los demás por tus infortunios.
O lvida las ofensas y perdona así como Dios te perdona .
P romete todo lo que quieras; pero cumple todo lo que prometes.
Q ue se te conozca como una persona en quien se puede confiar.
R econoce que no eres infalible y discúlpate por tus errores.
S é la persona más amable y entusiasta que conoces.
T rata a todos como quisieras que te traten.
U nete al ejército de los agradecidos.
V ístete de misericordia, humildad y paciencia.
Y no te olvides de soportar a los demás como a ti te soportan.
Z áfate de las garras seductoras de Satanás.
( Autor desconocido ).
ENVIÓ : PATRICIO GALLARDO V.

domingo, 24 de febrero de 2008

EL ÁRBOL CONFUNDIDO.

EL ÁRBOL CONFUNDIDO

Había una vez, algún lugar que podría ser cualquier lugar, y en un tiempo que podría ser cualquier tiempo, un hermoso jardín, con manzanos, naranjos, perales y bellísimos rosales, todos ellos felices y satisfechos.

Todo era alegría en el jardín, excepto por un árbol profundamente triste. El pobre tenía un problema: "No sabía quién era."

Lo que le faltaba era concentración, le decía el manzano, si realmente lo intentas, podrás tener sabrosas manzanas.
"¿Ves que fácil es?"
No lo escuches, exigía el rosal. Es más sencillo tener rosas y "¿Ves que bellas son?"
Y el árbol desesperado, intentaba todo lo que le sugerían, y como no lograba ser como los demás, se sentía cada vez más frustrado.

Un día llegó hasta el jardín el búho, la más sabia de las aves, y al ver la desesperación del árbol, exclamó: No te preocupes, tu problema no es tan grave, es el mismo de muchísimos seres sobre la tierra. Yo te daré la solución:

"No dediques tu vida a ser como los demás quieran que seas...Sé lo que Dios quiere que seas, y para lograrlo, escúchalo."

Y dicho esto, el búho desapareció.

¿Lo que Dios quiere que sea...? Se preguntaba el árbol desesperado, cuándo de pronto, comprendió...
Y cerrando los ojos y los oídos, abrió el corazón, y por fin pudo escuchar:

"Tú jamás darás manzanas porque no eres un manzano, ni florecerás cada primavera porque no eres un rosal. Eres un roble, y tu destino es crecer grande y majestuoso. Dar cobijo a las aves, sombra a los viajeros, belleza al paisaje... Tienes una misión "Cúmplela".

Y el árbol se sintió fuerte y seguro y se dispuso a ser todo aquello para lo cual había sido creado.

Así, pronto llenó su espacio y fue admirado y respetado por todos.

Y sólo entonces el jardín fue completamente feliz.

( Autor desconocido ).
ENVIÓ : PATRICIO GALLARDO V.

sábado, 23 de febrero de 2008

GORRIONES.

Gorriones
Había una vez un agricultor que cierta noche fría de invierno
oyó un golpeteo irregular contra la puerta.
Fue hacia una ventana y vio cómo varios pequeños gorriones
atraídos por el evidente calor que había dentro de la casa,
se golpeaban contra el vidrio de la puerta.
Conmovido, el agricultor se abrigó bien y cruzó el patio cubierto de nieve para abrir la puerta del granero para que los pobres pájaros pudieran entrar.
Prendió las luces y echó algo de heno en un rincón.
Pero los gorriones, que se habían dispersado en todas direcciones cuando él salió de la casa,
se ocultaban en la oscuridad, temerosos.
El hombre intentó varias cosas para hacerlos entrar
en el granero. Hizo un caminito de migas de pan para guiarlos.
Dio vuelta por detrás de donde estaban los pájaros para ver si los podía espantar en dirección al granero. Nada dio el Resultado esperado.
Él, una enorme criatura extraña,los aterrorizaba; los pájaros no podían entender que él estaba tratando de ayudarles.
El hombre de campo se retiró a su casa y observó a los condenados gorriones a través de su ventana. Mientras los observaba, un pensamiento le llegó de repente:
“¡Si tan sólo pudiera convertirme en un pájaro, ser uno de ellos por un momento!
Entonces no los asustaría. Les podría mostrar el rumbo hacia el calor y la seguridad.”
Y casi al mismo tiempo, otro pensamiento le golpeó con gran fuerza.
Entendió la razón por la que Jesús había nacido.

Ahora es tu turno, ya tienes la condición de ser humano, continúa la obra que Jesús comenzó y muéstrale a otros el rumbo correcto, el calor y la seguridad que sólo el Padre celestial puede dar.
( Autor desconocido ).

PARA REFLEXIONAR : Juan 3, 16 ; Filipenses 2, 5 - 11 ; Marcos 5, 1- 20 ;
Juan 4, 1- 42 ; Juan 9, 1- 41.

ENVIÓ : PATRICIO GALLARDO V.

viernes, 22 de febrero de 2008

LECTIO DIVINA TERCER DOMINGO CUARESMA ( A ) - EL ENCUENTRO DE JESÚS CON LA SAMARITANA.

Domingo 3º de Cuaresma (A)
El encuentro de Jesús con la Samaritana
Un diálogo que genera vida nueva
Juan 4,5-42.
1. Oración inicial
Señor Jesús, envía tu Espíritu,
para que Él nos ayude a leer la Biblia en el mismo modo
con el cual Tú la has leído a los discípulos en el camino de Emaús.
Con la luz de la Palabra, escrita en la Biblia, Tú les ayudaste a descubrir la presencia de Dios en los acontecimientos dolorosos de tu condena y muerte.
Así, la cruz, que parecía ser el final de toda esperanza, apareció para ellos como fuente de vida y resurrección.Crea en nosotros el silencio para escuchar tu voz en la Creación y en la Escritura, en los acontecimientos y en las personas,sobre todo en los pobres y en los que sufren. Tu palabra nos oriente a fin de que también nosotros, como los discípulos de Emaús, podamos experimentar la fuerza de tu resurrección y testimoniar a los otros que Tú estás vivo en medio de nosotros como fuente de fraternidad, de justicia y de paz.
Te lo pedimos a Tí, Jesús, Hijo de María, que nos has revelado al Padre
y enviado tu Espíritu. Amén.

2. Lectura
a) Una clave de lectura:
El texto describe el diálogo entre Jesús y la Samaritana.
Diálogo muy humano, que demuestra cómo Jesús se relacionaba con las personas y cómo Él mismo aprendía y se enriquecía hablando con otros. Durante la lectura,intenta prestar atención a lo que más te sorprende en la conducta tanto de Jesús como de la Samaritana.

b) Una división del texto para ayudar a la lectura:
Jn 4,5-6: Crea el escenario donde se entabla el diálogo
Jn 4,7-26: Describe el diálogo entre Jesús y la Samaritana
Jn 4,7-15: Sobre el agua y la sed
Jn 4, 16-18: Sobre el marido y la familia
Jn 4, 19-25: Sobre la religión y el lugar de la adoración
Jn 4,27-30: Describe el resultado del diálogo en la persona de la Samaritana
Jn 4,31-38: Describe el resultado del diálogo en la persona de Jesús
Jn 4,39-42: Describe el resultado de la misión de Jesús en la Samaría

c) El texto:
5-6: En aquel tiempo: Jesús llegó a un pueblo de Samaría llamado Sicar, cerca de la tierra que Jacob dio a su hijo José. Allí se encuentra el pozo de Jacob. Jesús, cansado por la caminata, se sentó al borde del pozo. Era cerca del mediodía. 7-15: Fue entonces cuando una mujer samaritana llegó para sacar agua, y Jesús le dijo: «Dame de beber.» Los discípulos se habían ido al pueblo para comprar algo de comer. La samaritana le dijo: «¿Cómo tú, que eres judío, me pides de beber a mí, que soy una mujer samaritana?» (Se sabe que los judíos no tratan con los samaritanos). Jesús le dijo: «Si conocieras el don de Dios, si supieras quién es el que te pide de beber, tú misma le pedirías agua viva y él te la daría.» Ella le dijo: «Señor, no tienes con qué sacar agua y el pozo es profundo. ¿Dónde vas a conseguir esa agua viva? Nuestro antepasado Jacob nos dio este pozo, del cual bebió él, sus hijos y sus animales; ¿eres acaso más grande que él?» Jesús le dijo: «El que beba de esta agua volverá a tener sed, pero el que beba del agua que yo le daré nunca volverá a tener sed. El agua que yo le daré se convertirá en él en un chorro que salta hasta la vida eterna.» La mujer le dijo: «Señor, dame de esa agua, y así ya no sufriré la sed ni tendré que volver aquí a sacar agua.» 16-18: Jesús le dijo: «Vete, llama a tu marido y vuelve acá.» La mujer contestó: «No tengo marido.» Jesús le dijo: «Has dicho bien que no tienes marido, pues has tenido cinco maridos, y el que tienes ahora no es tu marido. En eso has dicho la verdad.» 19-26: La mujer contestó: «Señor, veo que eres profeta. Nuestros padres siempre vinieron a este cerro para adorar a Dios y ustedes, los judíos, ¿no dicen que Jerusalén es el lugar en que se debe adorar a Dios?» Jesús le dijo: «Créeme, mujer: llega la hora en que ustedes adorarán al Padre, pero ya no será "en este cerro" o "en Jerusalén". Ustedes, los samaritanos, adoran lo que no conocen, mientras que nosotros, los judíos, adoramos lo que conocemos, porque la salvación viene de los judíos. Pero llega la hora, y ya estamos en ella, en que los verdaderos adoradores adorarán al Padre en espíritu y en verdad. Entonces serán verdaderos adoradores del Padre, tal como él mismo los quiere. Dios es espíritu, y los que lo adoran deben adorarlo en espíritu y en verdad.» La mujer le dijo: «Yo sé que el Mesías, (que es el Cristo), está por venir; cuando venga, nos enseñará todo.» Jesús le dijo: «Ese soy yo, el que habla contigo.» 27-30: En aquel momento llegaron los discípulos y se admiraron al verlo hablar con una mujer. Pero ninguno le preguntó qué quería ni de qué hablaba con ella. La mujer dejó allí el cántaro y corrió al pueblo a decir a la gente: «Vengan a ver a un hombre que me ha dicho todo lo que he hecho. ¿No será éste el Cristo?» Salieron, pues, del pueblo y fueron a verlo. 31-38: Mientras tanto los discípulos le insistían: «Maestro, come.» Pero él les contestó: «El alimento que debo comer, ustedes no lo conocen.» Y se preguntaban si alguien le habría traído de comer. Jesús les dijo: «Mi alimento es hacer la voluntad de aquel que me ha enviado y llevar a cabo su obra. Ustedes han dicho: "Dentro de cuatro meses será tiempo de cosechar". ¿No es verdad? Pues bien, yo les digo: Levanten la vista y miren los campos: ya están amarillentos para la siega. El segador ya recibe su paga y junta el grano para la vida eterna, y con esto el sembrador también participa en la alegría del segador. Aquí vale el dicho: Uno es el que siembra y otro el que cosecha. Yo los he enviado a ustedes a cosechar donde otros han trabajado y sufrido. Otros se han fatigado y ustedes han retomado de su trabajo.» 39-42: Muchos samaritanos de aquel pueblo creyeron en él por las palabras de la mujer, que declaraba: «El me ha dicho todo lo que he hecho.» Cuando llegaron los samaritanos donde él, le pidieron que se quedara con ellos. Y se quedó allí dos días. Muchos más creyeron al oír su palabra, y decían a la mujer: «Ya no creemos por lo que tú has contado. Nosotros mismos lo hemos escuchado y sabemos que éste es verdaderamente el Salvador del mundo.»

3. Un momento de silencio orante
para que la Palabra de Dios pueda entrar en nosotros
e iluminar nuestra vida.

4. Algunas preguntas
para ayudarnos en la meditación y en la oración.
a) ¿Qué nos ha llamado más la atención en la conducta tenida por Jesús durante el diálogo con la Samaritana? ¿Qué pedagogía ha usado para ayudar a la Samaritana a percibir una dimensión más profunda de la vida?

b) ¿Qué nos llama más la atención en la conducta de la Samaritana durante el diálogo con Jesús? ¿Qué influencia ha tenido ella en Jesús?

c) En el Antiguo Testamento ¿dónde está asociada el agua al don de la vida y al don del Espíritu Santo?

d) ¿En qué puntos la conducta de Jesús, me interroga, interpela, provoca o critica?

e) La Samaritana ha llevado el tema de la conversación hacia la religión. Si tú pudieras hablar con Jesús y hablar con Él, ¿qué temas quisieras tratar con Él? ¿Por qué?

f) ¿Será verdad que adoro a Dios en espíritu y verdad o me apoyo y oriento más sobre ritos y prescripciones?

5. Una clave de lectura
para aquellos que quieran profundizar más en el tema.
a) El simbolismo del agua:
* Jesús usa la palabra agua, en dos sentidos: en sentido material, normal del agua que quita la sed y en sentido simbólico del agua como fuente de vida y don del Espíritu. Verdaderamente Jesús usa un lenguaje que las personas entienden y que, al mismo tiempo, despierta en ellos la voluntad de profundizar y de descubrir un sentido más profundo de la vida.

* El uso simbólico del agua tiene su raíz en la tradición del Antiguo Testamento, donde es frecuente la mística del agua como símbolo de la acción del Espíritu de Dios en las personas. Jeremías, por ejemplo, opone el agua viva del manantial al agua de la cisterna (Jr 2,13).
Cisterna cuanto más agua sacas, menos agua habrás. Manantial, cuanto más agua sacas, más agua tendrás. Otros textos del Antiguo Testamento: Is 12,3; 49,10; 55,1; Ez 47,1-3, etc. Jesús conoce las tradiciones de su pueblo y sobre ellas se apoya en la conversación con la Samaritana. Sugiriendo el sentido simbólico del agua, evoca en ella
(y en los lectores y lectoras) todo un conjunto de episodios y frases
del Antiguo Testamento.

b) El diálogo entre Jesús y la Samaritana:
* Jesús encuentra a la Samaritana cerca del pozo, lugar tradicional para los encuentros y las conversaciones (Gén 24,10-27; 29,1-14). Él parte de la necesidad muy concreta de su propia sed y obra de modo que la mujer se sienta necesaria y servidora. Jesús se hace el necesitado de ella. Por la pregunta, hace de modo que la Samaritana pueda descubrir que Él depende de ella para resolver el problema de su sed. Jesús despierta en ella el gusto de ayudar y servir.

* El diálogo de Jesús y la Samaritana tiene dos niveles.
(i) El nivel superficial, en el sentido material del agua que quita la sed a las personas y del sentido normal de marido como padre de familia. A este nivel, la conversación es tensa y difícil y no tiene continuidad. Quien tiene ventaja es la Samaritana. Al principio, Jesús ha intentado un encuentro con ella a través de la puerta del trabajo cotidiano (sacar agua), pero no lo ha logrado. Después, ha intentado la puerta de la familia (llamar al marido), y tampoco ha tenido resultado. Finalmente, la Samaritana ha tomado el tema de la religión (lugar de la adoración). Jesús ha logrado entrar por la puerta que ella ha abierto.

(ii) El nivel profundo, en el sentido simbólico del agua como imagen de la vida nueva traída por Jesús y del marido como símbolo de la unión de Dios con su pueblo. A este nivel, la conversación tiene una continuidad perfecta. Después de haber revelado que Él mismo, Jesús, ofrece el agua de la nueva vida, dice: "Ve, llama a tu marido y luego regresa acá". En el pasado, los samaritanos tuvieron cinco maridos, ídolos, ligados a cinco pueblos que fueron llevados a aquel lugar por el rey de Asiria (2Re 17,30-31). El sexto marido, el que tenía ahora, no era el verdadero: "¡el que tienes ahora no es tu marido!" (Jn 4,18). No realizaba el deseo más profundo del pueblo: la unión con Dios, como marido que se une a su esposa (Is 62,5; 54,5). El verdadero marido, el séptimo, es Jesús, como fue prometido por Oseas: "Y te haré mi esposa para siempre; y te desposaré conmigo en justicia, en juicio, en piedad y misericordia. Y te haré mi esposa fiel, y ¡reconocerás que soy el Señor!" (Os 2,21-22). Jesús es el esposo que llega (Mc 2,19) para llevar la vida nueva a la mujer que lo ha buscado toda la vida y, hasta ahora, no lo había encontrado. Si el pueblo acepta a Jesús como "esposo", tendrá acceso a Dios en cualquier parte que esté, tanto en espíritu como en verdad (vv.23-24).

* Jesús declaró su sed a la Samaritana, pero no tomó el agua. Señal de que su sed era simbólica y tenía relación con su misión, la sed de realizar la voluntad del Padre (Jn 4,34). Esta sed está todavía presente en Él, y lo estará por toda la vida, hasta la muerte. Dice Él en la hora de la muerte: "Tengo sed" (Jn 19,28). Declara que tiene sed por última vez y así puede decir:
"¡Todo se ha cumplido!" Después inclinando la cabeza entregó el espíritu (Jn 19,30).
Realizó su misión.
c) El relieve de la mujer en el Evangelio de Juan:
* En el Evangelio de Juan, las mujeres se destacan en siete momentos, decisivos para la divulgación del Evangelio. A ellas se le atribuyen funciones y misiones, algunas de las cuáles, en los otros evangelios, son atribuidas a las hombres.En las Bodas de Caná, la Madre de Jesús reconoce los límites del Antiguo Testamento y reafirma la grande ley del Evangelio: "¡Haced todo lo que Él os diga!" (Jn 2,1-11). La Samaritana es la primera persona que recibe de Jesús el más grande secreto, a saber, que Él es el Mesías: "Soy yo, que hablo contigo!" (Jn 4,26). Y se convierte en la evangelizadora de la Samaria (Jn 4,28-30, 39-42). La mujer, llamada la adúltera, a la hora de ser perdonada por Jesús, se convierte en juez de la sociedad patriarcal (o del poder masculino) que la quería condenar (Jn 8,1-11). En los otros evangelios es Pedro el que hace la profesión de fe en Jesús (Mt 16,16; Mc 8,29; Lc 9,20). En el evangelio de Juan, quien hace la profesión de fe es Marta, hermana de María y Lázaro (Jn 11,27). María, hermana de Marta, unge los pies de Jesús para el día de su sepultura (Jn 12,7). En aquel tiempo, quien moría en la cruz, no tenía sepultura, ni podía ser embalsamado. Por esto, María anticipó la unción del cuerpo de Cristo. Esto significa que ella aceptaba a Jesús como el Mesías-Siervo que debería morir en la cruz. Pedro no aceptaba a Jesús como Mesías-Siervo (Jn 13,8) y trató de disuadirlo (Mt 16,22). Así, María se presenta como modelo para los otros discípulos. A los pies de la Cruz: "¡Mujer, he ahí a tu hijo!". "¡He ahí a tu Madre!" (Jn 19,25-27). Nace la Iglesia de los pies de la cruz. María es el modelo de la comunidad cristiana. La Magdalena debe anunciar la Buena Nueva a los hermanos (Jn 20,11-18). Ella recibe una orden sin la cuál todas las otras órdenes dadas a los apóstoles no hubieran tenido fuerza ni valor.

* La Madre de Jesús aparece dos veces en el evangelio de Juan: al principio, en las bodas de Caná (Jn 2,1-5) y al final, a los pies de la Cruz (Jn 19, 25-27). En los dos casos ella representa al Antiguo Testamento que espera la llegada del Nuevo y, en los dos casos, contribuye a fin de que el Nuevo pueda llegar. María es el anillo de unión entre lo que era antes y lo que debería venir después. En Caná, es ella, la Madre de Jesús, símbolo del Antiguo Testamento, la que percibe los límites del Antiguo y da los pasos para que el Nuevo pueda llegar. En la hora de la muerte es la Madre de Jesús, la que acoge al "Discípulo Amado". Aquí, el Discípulo Amado es la nueva Comunidad que ha crecido en torno a Jesús. Es el hijo que ha nacido del Antiguo Testamento. A petición de Jesús, el hijo, el Nuevo Testamento, acoge la Madre, el Antiguo Testamento, en su casa. Los dos deben caminar juntos. Porque el Nuevo no se puede entender sin el Antiguo. Sería un edificio sin fundamento. Y el Antiguo sin el Nuevo sería incompleto. Sería un árbol sin frutos.

6. Salmo 19 (18)
Dios dialoga con nosotros por medio de la Naturaleza y de la Biblia Los cielos cuentan la gloria
del Señor, proclama el firmamento la obra de sus manos. Un día al siguiente le pasa el mensaje
y una noche a la otra se lo hace saber. No hay discursos ni palabras ni voces que se escuchen, mas por todo el orbe se capta su ritmo, y el mensaje llega hasta el fin del mundo. Al sol le fijó una tienda en lontananza, de allí sale muy alegre, como un esposo que deja su alcoba, como atleta, a correr su carrera. Sale de un extremo de los cielos y en su vuelta, que alcanza al otro extremo,
no hay nada que se escape a su calor. La ley del Señor es perfecta, es remedio para el alma,
toda declaración del Señor es cierta y da al sencillo la sabiduría. Las ordenanzas del Señor son rectas y para el corazón son alegría. Los mandamientos del Señor son claros y son luz para los ojos. El temor del Señor es un diamante, que dura para siempre; los juicios del Señor son verdad, y todos por igual se verifican. Son más preciosos que el oro, valen más que montones de oro fino; más que la miel es su dulzura, más que las gotas del panal. También son luz para tu siervo, guardarlos es para mí una riqueza. Pero, ¿quién repara en sus deslices? Límpiame de los que se me escapan. Guarda a tu siervo también de la soberbia, que nunca me domine. Así seré perfecto y limpio de pecados graves. ¡Ojalá te gusten las palabras de mi boca, esta meditación a solas ante ti, oh Señor, mi Roca y Redentor!

7. Oración final
Señor Jesús, te damos gracia por tu Palabra que nos ha hecho ver mejor la voluntad del Padre. Haz que tu Espíritu ilumine nuestras acciones y nos comunique la fuerza para seguir lo que Tu Palabra nos ha hecho ver. Haz que nosotros como María, tu Madre, podamos no sólo escuchar, sino también poner en práctica la Palabra. Tú que vives y reinas con el Padre en la unidad del Espíritu Santo por todos los siglos de los siglos. Amén
ENVIÓ : PATRICIO GALLARDO V.

SI PUEDO...

Si puedo...
Si puedo hacer, hoy,
alguna cosa, si puedo realizar algún servicio,
si puedo decir algo bien dicho,
dime cómo hacerlo, Señor.
Si puedo arreglar un fallo humano,
si puedo dar fuerzas a mi prójimo,
si puedo alegrarlo con mi canto,
dime cómo hacerlo, Señor.
Si puedo ayudar a un desgraciado,
si puedo aliviar alguna carga,
si puedo irradiar más alegría,
dime cómo hacerlo, Señor
( Grenville Kleiser ).
ENVIÓ : PATRICIO GALLARDO V.

jueves, 21 de febrero de 2008

JESÚS, INVÍTAME A TU CENA.

JESÚS, INVÍTAME A TU CENA.
" COMAN, ESTO ES MI CUERPO " ( Mc 14, 22 ).

" Jesús, alimento celestial,

aunque indigno de ti, te ruego :
ponme en la lista de tus comensales,
llámame hoy al cénaculo,
invítame a tu mística cena.
Buscaré tus labios para recibir
lo que tanto necesito :
el beso de tu paz.
¿ Resistirán mis ojos
tu dulce mirada
al llamarme mi amigo ?
Tú, pascua de mi pascua,
del Egipto de mis pecados
una vez más querrás librarme.
Yo no me negaré como Pedro,
divino esclavo y señor,
a que laves mis pies sucios.
Mis oídos de discípulo
estarán atentos a tus palabras :
El que come de este pan
vivirá para siempre.
El bocado de tu cuerpo
y el cáliz de tu sangre
sellarán conmigo eterna alianza.
Alimentado con el manjar celestial,
no te daré el beso traidor,
no te abandonaré en Getsemaní,
ni por mis culpas te volveré a crucificar.
Te conoceré como el buen ladrón,
te reconoceré como el centurión :
Éste es en verdad el Hijo de Dios.
Y así, alimentado de ti,
pasaré por tu resurrección
de la muerte a la vida,
para siempre, sin fin. Amén. "
( Inspirado en la Liturgia de San Juan Crisóstomo ).
Fuente : " Vía Crucis ", P. Mateo Bautista, Ed. San Pablo.
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miércoles, 20 de febrero de 2008

NECESITABA UN RATO A SOLAS PARA HABLARTE.

Necesitaba un Rato a Solas para Hablarte . Jesucristo, estaba esperando este momento desde hace mucho tiempo,
necesitaba un tiempo a solas para hablar contigo y sobre todo para escucharte.
La verdad es que si soy sincero, Tu no dejas de enviarme tus mensajes,
lo que pasa es que a veces no quiero recibirlos.
y entonces los ahogo con música, con ruidos, con histórias inventadas,
con algunos amigos, pero no te lo puedo negar..
siento un gran vacío aunque ante los demás aparente algo distinto.
En cambio cuando viene tu invitación serena, se inunda el corazón de luz, de paz y escucho ese.. "Sígueme"
En cuanto en lo profundo de mi conciencia percibo esta invitación mi corazón
se estremece, pues sé que entre cientos de miles de hijos tuyos,
has puesto tu mirada en mí.
Pero..¿ por qué ,Señor, por qué a mí?
¿ Que tengo yo de especial? para que me llames a seguirte a ser uno de tus discípulos predilectos...Entonces viene a mi mente el llamado a los primeros discípulos y me digo a mi mismo .Bueno ' y , que tenia de especial Pedro, Santiago, Juan, Andres,
¿ no eran hombres como los demás?, ¿no tenian pecados como los demás?
¿ no eran débiles,traidores y cobardes como los demás?
Pero tu los elegiste y es que , algo viste en ellos
" No sois vosotros quien me habéis elegido, soy yo quien os he elegido"
Y me sobrecoge pensar en ellos, esos pobres pescadores
del lago de Tiberíades que no dudaron en dejar la playa.
Muertas para siempre esas redes que representaban toda su vida.
Y a mí , para seguirte me cuesta tanto dejar las comodidades del hogar, la protección de la familia, mis planes personales, mi libertad.
Pero...Tú me atraes y me atraes con una fuerza especial,
pues Tú eres mucho más que cualquier persona o sentimiento de este mundo.
Me atrae tu personalidad , tu generosidad hasta el límite, tu ternura
para con nosotros los seres humanos, la mansedumbre de tu corazón,
la grandiosidad de tu reino.
Sé que a tu lado encontraré la autentica felicidad,
que Tú apagarás mi sed de eternidad,
que contigo dejaría una huella indeleble a mi paso por este mundo,
haciendo el bien en tu nombre.
Dame generosidad , Señor para lanzarme sin titubeos tras de Ti,
y soltar las amarras que me atan a la orilla
y me impiden echarme a la mar del mundo contigo como capitán de mi barco.
Dame valentía, dame fuerza, sé que no tendré visiones ni apariciones ni nada, pero tu voz no dejara de oirse en el interior de mi alma con una claridad que no admite lugar a equivocarse..
"Sígueme" será tu invitación imperturbable.
Te seguiré ,Señor, te seguiré a donde quiera que vayas y me lleves,
iré contigo llevando mi cruz y resucitando contigo.
Solo te pido tres cosas, dame fe, dame generosidad,
dame valor, en una palabra ... dame amor.
" Aunque todos los pueblos anden cada uno en el nombre de su dios,
nosotros con todo , andaremos en el nombre de Yahvé nuestro Dios
eternamente y para siempre "
( Miqueas 4,5 ).
( Luz María Gaytán ).
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martes, 19 de febrero de 2008

LA HUMANIDAD DE JESÚS - P. JORGE COSTADOAT SJ.

LA HUMANIDAD DE JESÚS.Jesús, en síntesis, quiere decir que Dios es humano. Humano por compartir nuestra vida y destino. Humano por amar y sufrir por la humanidad hasta el extremo. Jesús ha sido hombre mucho más que nosotros. Tan hombre como sólo Dios puede serlo. Pero a unos les cuesta entender que su divinidad no menoscabe su humanidad y a otros, que un hombre como él pueda ser divino.Jesús es tan divino, se piensa, que no ha podido ser muy humano. Sucede también lo contrario. Hoy hay tal certeza de su humanidad que resulta difícil creer que ha podido ser Dios. La Encarnación del Hijo de Dios es un auténtico misterio. Es arduo para el pensamiento hacerse a la idea de reunir en una sola persona dos magnitudes -la divinidad y la humanidad- que parecen competir entre sí. Pero en Jesús, Dios no compite contra la humanidad, compite contra el pecado para salvar a la humanidad del sufrimiento y de la muerte. La divinidad no menoscaba la humanidad de Jesús. La perfecciona. El hombre del corazón apasionado y traspasado, Jesús, más que cualquier otra revelación, devela cómo es verdaderamente Dios y cómo se llega a ser hombre en plenitud.
La psicología de Jesús
Sea para nosotros Jesús un hombre divino, sea un Dios humano, no será fácil explicar cómo se articulan en la unidad psicológica de la persona del Hijo de Dios estos dos aspectos suyos, su humanidad y su divinidad. Su psicología humana es expresión de su psicología divina, pero Jesús sólo humanamente se ha sabido el Hijo de Dios. El tema ha sido debatido a lo largo de toda la historia de la Iglesia y continuará siéndolo.Los Evangelios nos cuentan que Jesús fue admirable por su sabiduría y autoridad. Pero, ¿cómo pudo saber un hombre que nace en una pesebrera, sin hablar ni entender palabra, que él es Dios? ¿Lloraba para parecer hombre o porque efectivamente era falible e ignoraba su futuro? Bernard Sesboüé, destacado cristólogo contemporáneo, se interroga: “¿Cómo Jesús, en el curso de su vida humana pre-pascual, ha tomado y ha tenido conciencia de ser el Hijo de Dios?”.Los teólogos admiten en Cristo un "conocimiento infuso", parecido al de los profetas y los grandes visionarios. Este ha permitido a Jesús comprender las Escrituras, el plan divino de salvación, el sentido salvífico de su muerte en cruz, en una palabra, su propia misión redentora y reveladora.Por último, como es de suponer, ha de reconocerse en Cristo un "conocimiento adquirido". Por éste cualquier ser humano se apropia experiencialmente del mundo. Su reverso es, por cierto, la ignorancia, la prueba y posibilidad de equivocarse. Por muy sabio que haya sido el niño Jesús delante de los doctores en el Templo, el mismo Lucas cuenta que "Jesús progresaba en sabiduría, en estatura y en gracia ante Dios y ante los hombres" (Lc 2, 52). La Epístola a los Hebreos señala que “aprendió sufriendo lo que cuesta obedecer" (Lc 5, 8).Jesús ha podido ignorar muchas cosas. ¿Cómo pudo saber que la tierra es redonda y que gira alrededor del sol? En ese tiempo todos pensaban que era plana. Nada dice el Nuevo Testamento, pero desde el momento que él mismo dice: “Mas de aquel día y hora (del juicio), nadie sabe nada, ni los ángeles en el cielo, ni el Hijo, sino sólo el Padre” (Mc 13, 32), hemos de imaginar que Jesús comparte con nosotros una ignorancia bastante significativa. En el año 600 el papa Gregorio Magno, sin embargo, prohibió afirmar una ignorancia privativa en Cristo, es decir, una que le hubiera impedido cumplir su misión de revelador del Padre y su designio de salvación.A propósito de su voluntad y libertad caben otras preguntas: ¿pudo Jesús decir a su Padre “Este cáliz yo no lo bebo” (cf., Lc 22,42)? ¿Pudo desobedecerle? Si se dice que tuvo auténtica voluntad humana, autonomía plena, ¿pudo pecar? Y si no podía pecar, ¿qué clase de libertad tuvo?El concilio de Constantinopla III (años 680/681) definió que su naturaleza humana es íntegra, y que se adecua armónicamente a las exigencias de la divinidad. Constantinopla III estableció que en Jesucristo hay dos actividades y dos voluntades, humana y divina respectivamente, contra el parecer del Patriarca Sergio y del Papa Honorio. Estos, por cerrar toda posibilidad de pecado en Cristo, exigían se reconociese nada más una actividad (Sergio) y una voluntad (Honorio), impidiendo -posiblemente sin intención- que nuestra salvación fuese querida y actuada por el mismo hombre.El concilio, sin embargo, no explicó cómo se adecuaba perfectamente la voluntad humana de Jesús con la voluntad de su Padre. Se limitó a afirmar los datos fundamentales de la revelación: la integridad de la humanidad de Jesús y su carencia de pecado (cf. Hb 4,15). También otros concilios insistirán en que Jesús no pecó ni tuvo pecado original (Toledo el año 675 y Florencia el 1442). Se dirá, además, que no participó de nuestra concupiscencia (Constantinopla II el 553), aquella consecuencia del pecado que, no siendo pecado, persiste incluso en los bautizados, inclinándolos a pecar (Trento el 1546).El Salvador no pecó, fue inocente. Pero conoció la tentación. Aunque la tentación de Jesús no fue como la nuestra, contaminada de concupiscencia, la Epístola a los Hebreos señala que fue “tentado en todo igual que nosotros” (Hb 4,15; cf. Hb 12,1-2). Pero, ya fueran las tentaciones mesiánicas como aquella con que Pedro invita a Jesús al triunfo sin la cruz (Mc 8,31-33; cf. Mt 4, 1-11), ya la de Getsemaní (Lc 22, 29-46), Jesús las rechazó para hacer la voluntad de su Padre.¿Cómo explicar la libertad de Jesús frente a su Padre? Conviene distinguir dos aspectos de la libertad: la libertad como libre arbitrio y como autodeterminación en razón del bien. Gracias al libre arbitrio, como en un supermercado, “elegimos” entre diversas posibilidades mejores y peores, inocuas desde un punto de vista ético. Pero existe una libertad más profunda, la de “elegirse” y “aceptar ser elegido” para un bien mayor: la libertad de todas aquellas cosas que nos esclavizan (dinero, status, trabas psicológicas, culpa, etc.) para escoger y amar bienes verdaderos (los hijos, la esposa, el bien común, etc.). Jesús ha gozado de libertad plena, de ambas libertades. Pero en su caso es tanto lo que Jesús ama la voluntad de su Padre, consistente en el predominio de su inmensa bondad, que no ha podido elegir otra cosa que dar su vida por amor. ¿Acaso podríamos convencer a un enamorado emperdernido que su querida no le conviene, que mejor piense en otra? Imposible. De modo semejante, en virtud de su libre arbitrio Jesús ha podido elegir entre diversas posibilidades que favorecían la consecución de su misión; de aquí que haya sido tentado. Pero respecto de su misión su autoderminación fue completa. Por su amor extraordinario a su Padre y a nosotros, Jesús vivió absorto en su misión y no pudo sino llevarla a cumplimiento por la entrega de su vida.

La misericordia de Jesús
Hemos argumentado como si fuese necesario probar que Jesús fue hombre. Si esta óptica es comprensible entre los fieles creyentes absortos en la sublimidad del Señor, ella suele ser incomprendida por la mentalidad contemporánea que se pregunta más bien cómo ha podido Jesús ser Dios. En adelante destacamos cómo la perfección de la humanidad de Jesús no consiste principalmente en haber compartido en todo nuestra naturaleza humana, sino en haberla puesto en juego hasta la muerte, revelando de este modo cuál es su sentido e, indirectamente, cómo es el Dios que promueve su realización definitiva. Esperamos así dar razón no sólo de la divinidad del hombre Jesús, sino sobre todo del significado último del hecho de ser hombre.En el lenguaje corriente, se dice de alguno que es muy “humano” por su cercanía a las personas, su trato cordial, su capacidad de comprender y perdonar. “Humano” porque, sin ser cómplice, se involucra con las penalidades del prójimo y, para ayudarlo a superarlas, comparte su destino. Este concepto de humanidad se aplica a Jesús antes que a nadie. Porque, si asumiendo una psicología humana con todas sus posibilidades y limitaciones Jesús es uno más de nosotros, en tanto hizo entrar personalmente en la historia el amor compasivo de Dios no fue uno más, sino el mejor de todos. Es Jesús misericordioso y no el promedio de los hombres lo que determina qué significa “ser humano”. Jesús predicó el reino a los pobres (Lc 4, 14-19). El nacimiento pobre de Jesús en Belén no es un dato circunstancial de su vida, sino que constituye todo un símbolo de una humanidad compartida con los preferidos de Dios (Lc 1, 46-56). Jesús se identificó con los pobres en una miseria que en todo tiempo es un pecado, jamás una etapa de la humanización. Los “pobres de espíritu” como Jesús alcanzan la perfección evangélica más que en no cometer errores, más que en no experimentar la duda y el sufrimiento, conmoviéndose, confundiéndose con las víctimas de la “inhumanidad” y actuando en favor de ellas. La perfección evangélica ama incluso al enemigo, consiste en ser “misericordiosos como Dios es misericordioso” (Lc 6, 36; cf. Mt 5, 43-48).Jesús también ofreció el reino a los despreciados por pecadores, aquellos que no estaban en condiciones de cumplir con el moralismo de los fariseos y a los que violaban la Ley sin más (Lc 5, 29-32; 15, 1-2). Prueba de la gratuidad del reino es que se ofrece precisamente a quienes no tienen ni bienes ni obras que intercambiar por él. Pero Jesús va todavía más lejos. Sin abolir la Ley, trasgrede la Ley cuando su rigidez atenta contra su sentido benigno originario (Jn 8, 1-11) o ¡la cambia!, si se ha vuelto inhumana (Mt 19, 1-9). Pero no es que Jesús se haya sumergido en los bajos fondos de la sociedad para proclamar su legitimidad. Sucede que el misterio de la Encarnación se verifica muy por dentro y no por encima de la historia humana, autoritariamente, como si fuese posible rescatarla sin contaminarse con ella y disipar su dolor sin compartir su dolor. Jesús “manso y humilde de corazón” (Mt 11, 29), como un pobre, inaugura el reino liberando de unos y otros males, pero sin suprimir en sus beneficiarios la inexcusable respuesta personal. Si la bendición del reino no se impone a los pobres, mas requiere de ellos la aceptación voluntaria, la maldición de Jesús a los ricos ha de entenderse no como una condena (Lc 6,24-26), sino como el último llamado al arrepentimiento.El mesianismo de Jesús fue diverso de los mesianismos de sus contemporáneos. El proyecto de Jesús de la prevalencia de Dios no aparecería en la historia sin sus destinatarios, a la fuerza y por obligación, pero tampoco sin hacer suyas las consecuencias de su rechazo y el misterio del mal puro y simple. En la medida que Jesús pretendió derechamente la erradicación del egoísmo y la miseria, no tuvo más alternativa que cumplir su misión como el Siervo humilde y sufriente de Isaías, que eliminaría el mal cargando con él. En tanto Cristo subvirtió la religiosidad de su época rebelándose contra la distorsión de la Ley y del Templo, debió atenerse a las consecuencias. Su muerte "era necesaria" (Lc 24, 26), es decir, inevitable porque querida. Que la hayan querido los que lo mataron constituye un hecho contingente. Esta muerte era necesaria porque Dios Padre quiso amar a la humanidad con un amor tan grande como el amor por su propio Hijo; necesaria, porque Jesús quiso y optó por cumplir la voluntad de su Padre hasta compartir la muerte humana en todo su abandono, hasta penetrar en la orfandad atroz del infierno, con la sola esperanza en que el Dios de la vida colmaría ese reino de soledad con la calidez de su Espíritu. Desde entonces la perfección humana auténtica se expresa en la cruz y en la cruz germina como resurrección.Jesucristo es el hombre. El Espíritu Santo extiende en la historia lo sucedido con Jesús. Dios salva la humanidad con el hombre Jesús, pero no sin nosotros; no sin nuestra opción libre, sino con nuestra libertad, ahora liberada de la inclinación a la inhumanidad y del miedo a la muerte, y con nuestra lucha.

Conclusión
Si no fuera por el hombre Jesús, por su comportamiento histórico y su rehabilitación final, no sabríamos que el pecado no forma parte de la naturaleza humana ni tampoco que Dios es inocente del sufrimiento de la humanidad. Dos cosas para nada obvias. Gracias a Jesucristo conocemos quién es Dios verdaderamente, quién es el hombre y cuál es su destino. Por medio del hombre Jesús corregimos la idea de un “dios” abusador, justiciero o vengativo, y preservamos a la humanidad de los que la oprimen. Pero, en definitiva, no basta creer en abstracto en la identidad de naturaleza del resucitado con nosotros ni tampoco basta conocer su extraordinaria actuación terrena. Es preciso tomar parte en su identificación histórica con la humanidad caída, identificándose con la pasión de su vida: su misión de anunciar la misericordia de Dios.
ENVIÓ : PATRICIO GALLARDO V.

" SEÑOR, QUE EN LA PRUEBA DE NUESTROS SUFRIMIENTOS...

MAR DE TIBERÍADES.

" Señor,
que en la prueba de nuestros sufrimientos
no caigamos en la tentación
de abandonarnos a nosotros mismos ;
de sentirnos abandonados por los demás ;
de abandonar a los demás ;
de abandonarte, oh Dios ;
de sentirnos abandonados por ti, Padre.
Señor,
que en la prueba del sufrimiento,
caigamos en la dulce tentación
de abandonarnos en ti. Amén. "
( Autor desconocido ).
ENVIÓ : PATRICIO GALLARDO V.

lunes, 18 de febrero de 2008

EL SEGUNDO UMBRAL PARA VIVIR LA CUARESMA : LA ASCENSIÓN A LA MONTAÑA.

MONTE TABOR.

EL SEGUNDO UMBRAL PARA VIVIR LA CUARESMA - LA ASCENSIÓN A LA MONTAÑA
El segundo umbral de nuestra hoja de ruta es un paso de montaña. Lugar de encuentro con el misterio que nos fascina y nos aterroriza. Ascender será una manera de adentrarnos en la soledad del corazón. Porque subir a la montaña es iniciarse en la ascensión del corazón.
El corazón tiene sus pasos, sus veredas, sus desfiladeros… y por todos ellos hay que transitar para ascender al encuentro de Aquel que siempre nos espera en la cumbre, entre nubes, inaccesible para los que no quieren arriesgar sus pies en la aventura.
Hay que tomar una decisión previa: con quienes queremos iniciar el ascenso, con qué apoyos humanos, con qué recursos. Si tenemos fortaleza de ánimo para el duro camino, para sortear los obstáculos, para confiar en Quien desde lo más íntimo del corazón nos guía.
Con Jesús, sus tres amigos emprenden la subida al monte de Dios, y nos invitan a tomar su mano y a acompañarles en la aventura. Animosos alcanzaremos con ellos la cima, pero sin saber lo que allí nos aguarda.
El carisma y la profecía coinciden de forma misteriosa en un horizonte de cruz. Por eso cuando la conversación de Jesús con ellos se hace más densa y peligrosa, cuando la sombra del fracaso se abre paso entre sus comentarios, nos entra miedo y nos sobrecogemos como los tres amigos, apegados a la tierra.
La Sombra del Altísimo nos cubre como a María y la Fuerza del Misterio nos levanta de nuestra ensoñación. No hay que hacer tres chozas, sino bajar a la llanura de Esdrelón y continuar la tarea de sanación y de anuncio.
El umbral de la montaña tiene doble dirección: subimos para bajar. Nos adentramos en el misterio numinoso de la Presencia para salir fortalecidos
y seguir caminando junto a Jesús… hasta el próximo umbral.
¿Sabremos o no sabremos atravesarlo?
FUENTE : capillaarrupe.webnode.com/
ENVIÓ : PATRICIO GALLARDO V.

ESPERARÉ A QUE CREZCA EL ÁRBOL.

Esperaré a que crezca el árbol
y me dé sombra.
Pero abonaré la espera con mis hojas secas.
Esperaré a que brote el manantial y me dé agua.
Pero despejaré mi cauce de memorias enlodadas.
Esperaré a que apunte la aurora y me ilumine.
Pero sacudiré mi noche de postraciones y sudarios.
Esperaré que llegue lo que no sé y me sorprenda.
Pero vaciaré mi casa de todo lo conquistado.
Y al abonar el árbol, despejar el cauce,
sacudir la noche y vaciar la casa, la tierra y el lamento se abrirán a la esperanza.
( Benjamín González Buelta, S.J. ).
ENVIÓ : PATRICIO GALLARDO V.

domingo, 17 de febrero de 2008

A IMAGEN Y SEMEJANZA

A IMAGEN Y SEMEJANZA...

" EVAGRIO PÓNTICO ( 345 - 399 ), MONJE DEL DESIERTO, NOS RECUERDA :

CUANDO TE VEAS DESANIMADO Y FRUSTRADO, IMPOTENTE Y SUPERADO,NO MIRES LA IMAGEN QUE TIENES DE TI MISMO SINO LA IMAGEN QUE DIOS TENÍA DE TI CUANDO TE CREÓ."

" Un peregrino, con un pasado bastante turbio, preguntó a un anacoreta si creía que Dios recibiría su arrepentimiento.
- ¡ No he sido trigo limpio ! ¿ Dios me perdonará ?
El hombre de Dios, después de animarlo con muchos consejos y oportunos ejemplos,notó que aquel hombre no quedaba convencido. Parecía que hacía más mérito de sus pecados que de la misericordia divina. En él, tenía más poder el pasado que el futuro.
Entonces le preguntó el hombre de Dios :
- Dime, si tu túnica se rasgara, ¿ la tirarías ?

- No - respondió el peregrino-. Es la única que tengo. La cosería y volvería a ponérmela.

-Pues, fíjate bien- añadió el monje - : si tú cuidas tus vestidos de paño,
¿ crees que Dios no tendrá misericordia de su imagen y semejanza ?. "

MORALEJA :
" Hombre, sé para tí mismo la medida de la misericordia divina. "

PARA MEDITAR :
" Uno se hace miserable cuando no es misericordioso con los demás ; pero se hace más miserable cuando más rechaza ser creado a imagen y semejanza de Dios. "
FUENTE : "101 CUENTOS PARA LA CATEQUESIS ", P. MATEO BAUTISTA,
ED. SAN PABLO.
ENVIÓ : PATRICIO GALLARDO V.

VÍA CRUCIS PARA LA SEGUNDA SEMANA DE CUARESMA.

Vía Crucis para la segunda semana de Cuaresma.

1ª Estación: Jesús en el huerto de los olivos
"Pase este cáliz de mí
si es posible, Padre eterno;
mas no se haga la mía,
tu voluntad obedezco.
Crecieron tanto las ansias,
que fue menester que luego,
rompiendo un ángel los aires,
bajase a darle consuelo.
¡Ay, Jesús de mis entrañas,
cómo habéis venido a tiempo,
que os consuelen siendo Dios
las criaturas que habéis hecho!
¿A dónde estáis, Virgen pura,
que a vuestra falta los cielos
un ángel a Cristo envían?
Llegad, y esforzadle presto.
Decidle: Dulce Hijo mío,
cuando ayunasteis, vinieron
mil ángeles a esforzaros
con soberano sustento.
Cuando nacisteis, bajaron
dos mil ejércitos bellos;
y cuando vais a morir,
uno solo viene a veros.
Limpiadle, Virgen piadosa,
la sangre con los cabellos;
y pues le deja su Padre,
vea a su Madre a lo menos.
Id vos con ella, alma mía,
entrad también en el huerto,
no sospechen que os quedáis
con el que viene a prenderlo.
Decidle: Dulce Jesús,
aquí estoy al lado vuestro,
para padecer con vos,
no para negaros luego.
Vámonos presos los dos,
pues vais por mis deudas preso;
cinco mil son los azotes;
muchos son, partir podemos".
(Félix Lope de Vega y Carpio)

2ª Estación: Jesús es traicionado por Judas y es arrestado
"Vive de amor aquel que, en frágil vaso,
un tesoro divino, humilde, guarda.
¡Oh Jesús! ¡Oh mi bien! ¡Cuál desfallezco!
No tengo, como el ángel, fuertes alas,
y caigo a cada paso; pero al punto
Tú vienes hacia mí, Tú te levantas
y me abrazas, tal vez, y otra vez, luego...
desfallezco de amor, como la Amada".
(Santa Teresa de Jesús)

3ª Estación: Jesús es condenado por el Sanedrín.
"Lo vi muy bien,
aquel niño judío
que estaba esperando
a que abriesen
los hornos crematorios de Auschwitz...
Lo vi muy bien,
llevaba una túnica ligera
ceñida con un cordón de esparto.
Tenía doce años,
la misma edad de Cristo,
cuando se escapa de su casa
a discutir con los doctores del templo.
Puede que aquel niño
fuese el mismo Cristo...
El Hombre que todos crucificamos.
(León Felipe)

4ª Estación: Jesús es negado por Pedro.
"Pastor, que con tus silbos amorosos
me despertaste del profundo sueño;
tú que hiciste cayado de este leño
en que tiendes los brazos poderosos;
vuelve los ojos a mi piadosos,
pues te confieso por mi amor y dueño,
y la palabra de seguirte empeño
tus dulces silbos y tus pies hermosos.
Oye, Pastor, que por amores mueres,
no te espante el rigor de mis pecados,
pues tan amigo de rendidos eres;
espera, pues, y escucha mis cuidados;
pero, ¿cómo te digo que me esperes,
si estás, para esperar, los pies clavados?"
(Félix Lope de Vega y Carpio)

5ª Estación: Jesús es juzgado por Pilatos.
"Porque para entrar en estas riquezas de la sabiduría de Dios- escribe fray Juan de la Cruz-, la puerta es la cruz, que es angosta. Y desear pasar por ella es cosa de pocos".

En la cruz, escribió asimismo Santo Tomás de Aquino, se nos dan "ejemplos de todas las virtudes: amor, paciencia, humildad, obediencia, desapego de las cosas materiales".

La cruz es la clave del evangelio, la llave de la puerta santa del cielo. La cruz es la gran escuela del amor y la sabiduría de un Dios clavado y abierto: "¿Pero cómo, clavado, enseñas tanto?/ Debe ser que siempre estás abierto, ¡Oh Cristo, Oh ciencia eterna, Oh libro santo!"
(Lope de Vega).

6ª Estación: Jesús es flagelado y coronado de espinas.
"¡Oh Jesús, Viña Sagrada!,
lo sabes, mi Rey divino,
soy un racimo dorado
que han de arrancar para ti.
Exprimida en el lagar
del oscuro sufrimiento,
yo te probaré mi amor.
Mi único gozo será
inmolarme cada día".
(Santa Teresita de Lisieux)

7ª Estación: Jesús carga con la cruz.
"No me mueve mi Dios para quererte
el cielo que me tienes prometido.
Ni me mueve el infierno tan temido
para dejar por eso de ofenderte.
Tú mueves, Señor, muéveme
el verte clavado en una cruz y escarnecido.
Muéveme ver tu cuerpo tan herido.
Muévenme tus afrentas y tu muerte.
Muéveme, en fin, tu amor, y en tal manera,
que aunque no hubiera cielo yo te amará
y aunque no hubiera infierno te temiera.
No me tienes que dar porque te espere,
porque aunque lo que espero no esperara,
lo mismo que te quiero, te quisiera".
(Anónimo siglo XVI)

8ª Estación: Jesús es ayudado por el Cirineo.
"Tú me ofreces la vida con
tu muerte y esa vida sin Ti
yo no la quiero; porque
lo que espero, y
desespero, es otra vida
en la que pueda verte.
Tú crees en mi. Yo a Ti,
para creerte, tendría que
morirme lo primero; morir
en Ti, porque si en Ti no
muero no podría
encontrarte sin perderte.
Que de tanto temer que
te he perdido, al cabo, ya
no sé qué estoy temiendo;
porque de Ti y de mí me
siento huido.
Mas con tanto dolor,
que estoy sintiendo, por
ese amor con el que me
has herido, que vivo en Ti
cuando me estoy muriendo".
(José Bergamín)

9ª Estación: Jesús encuentra a las mujeres de Jerusalén.
"Dame tu mano,
María, la de las tocas moradas.
Clávame tu siete espadas
en esta carne baldía.
Quiero ir contigo en la impía
tarde negra y amarilla.
Aquí en mi torpe mejilla
quiero ver si se retrata
esa lividez de plata
esa lágrima que brilla.
Déjame que te restañe
ese llanto cristalino,
y a la vera del camino
permite que te acompañe.
Deja que lágrimas bañe
la orla negra de tu manto
a los pies del árbol santo
donde tu fruto se mustia.
Capitana de la angustia:
no quiero que sufras tanto.
Qué lejos, Madre, la cuna
y tus gozos en Belén:
- No, mi Niño. No, no hay quien
de mis brazos te desuna.
Y rayos tibios de luna
entre las pajas de miel
le acariciaban la piel
sin despertarle. Qué larga
es la distancia y qué amarga
de Jesús muerto a Enmanuel.
¿Dónde está ya el mediodía
luminoso en que Gabriel
desde el marco del dintel
te saludó: - Ave, María?
Virgen ya de la agonía,
tu Hijo es el que cruza ahí.
Déjame hacer junto a ti
ese augusto itinerario.
Para ir al monte Calvario,
cítame en Getsemaní.
A ti, Doncella graciosa,
hoy maestra de dolores,
playa de los pecadores,
nido en el que el alma reposa.
A ti ofrezco, pulcra rosa,
las jornadas de esta vía.
A ti, Madre, a quien quería
cumplir mi humilde promesa.
A ti, celestial princesa,
Virgen sagrada María".
(Gerardo Diego)

10ª Estación: Jesús es crucificado
"En esta tarde, Cristo del Calvario,
vine a rogarte por mi carne enferma;
pero, al verte, mis ojos van y vienen
de mi cuerpo a tu cuerpo con vergüenza.
¿Cómo quejarme de mis pies cansados,
cuando veo los tuyos destrozados?
¿Cómo mostrarte mis manos vacías,
cuando las tuyas están llenas de heridas?
¿Cómo explicarte a ti mi soledad,
cuando en la cruz alzado y solo estás?
¿Cómo explicarte que no tengo amor,
cuando tienes rasgado el corazón?
Ahora ya no me acuerdo de nada,
huyeron de mi todas mis dolencias.
El ímpetu del ruego que traía
se me ahoga en la boca pedigüeña.
Y sólo pido no pedirte nada.
Estar aquí junto a tu imagen muerta
e ir aprendiendo que el dolor es sólo
la llave santa de tu santa puerta".
(Gabriela Mistral)

11ª Estación: Jesús promete el Reino al buen ladrón.
"¡Oh maravillosa y nueva virtud!
¡Lo que no hiciste desde el cielo servido de ángeles, hiciste desde la cruz acompañado de ladrones!
Y no solamente la cruz,
mas la misma figura que en ella tienes,
nos llama dulcemente a amor;
la cabeza tienes reclinada,
para oírnos y darnos besos de paz,
con la cual convidas a los culpados,
siendo tú el ofendido;
los brazos tendidos, para abrazarnos;
las manos agujereadas, para darnos tus bienes;
el costado abierto, para recibirnos en tus entrañas;
los pies clavados, para esperarnos
y para nunca poder apartarte de nosotros.
De manera, que mirándote, Señor,
todo me convida a amor:
el madero, la figura, el misterio,
las heridas de tu cuerpo;
y, sobre todo, el amor interior me da voces
que te ame y que nunca te olvide de mi corazón".
(San Juan de Avila)

12ª Estación: Jesús crucificado, la madre y el discípulo.
"La tarde se oscurecía
entre la una y las dos,
que, viendo que el Sol se muere,
se vistió de luto el sol.
Tinieblas cubren los aires,
las piedras de dos en dos
se rompen unas con otras,
y el pecho del hombre, no.
No cesan los serafines
de llorar con tal dolor
que los cielos y la tierra
conocen que muere Dios
cuando Cristo está en la cruz
diciendo al Padre:
¡Ay Dios, qué tierna razón!
¿Qué sentiría su Madre
cuando tal palabra oyó
viendo que Hijo dice
que Dios le desamparó?
No lloréis, Virgen piadosa,
que, aunque se va vuestro amor,
volverá a verse con vos.
Pero como las entrañas
que nueve meses vivió,
verán que corta la muerte
fruto de tal bendición.
<¡Ay Hijo! -la Virgen dice-: ¿Qué madre vio como yo tantas espadas sangrientas traspasar su corazón? ¿Dónde está vuestra hermosura? ¿Quién los ojos eclipsó donde se miraba el cielo como de su mismo autor? Partamos, dulce Jesús, el cáliz de esta pasión, que vos le bebéis de sangre y yo de pena y dolor. ¿De qué me sirve guardaros de aquel rey que os persiguió, si al fin os quitan la vida vuestros enemigos hoy?>
Esto diciendo la Virgen,
Cristo el espíritu dio.
Alma, si no sois de piedra,
llorad, pues la culpa sois".
(Félix Lope de Vega y Carpio)
13ª Estación: Jesús muere en la cruz.
"¡Cristo de la Buena Muerte,
el de la faz amorosa,
tronchada, como una rosa,
sobre el blanco cuerpo inerte
que en el madero reposa!
¿Quién pudo de esa manera
darte esta noble y severa
majestad, llena de calma?
¡No fue una mano, fue un alma,
la que talló tu madera!
Fue, Señor, el que tallaba
tu figura, con tal celo,
y con tal ansia te amaba,
que, a fuerza de amor, llevaba,
dentro del alma el modelo.
Fue el que tallarte sentía
un ansia tan verdadera,
que en arrobos le sumía,
y cuajaba en la madera
lo que arrobos veía.
Fue que ese rostro, Señor,
y esa ternura al tallarte,
y esa expresión de dolor,
más que milagros del arte,
fueron milagros de amor.
Fue, en fin, que ya no pudieron
sus manos llegar a tanto
y desmayadas cayeron...
¡Y los ángeles te hicieron
con sus manos mientras tanto!
Por eso a tus pies postrado:
por tus dolores herido
de un dolor desconsolado;
ante tu imagen vencido
y ante tu Cruz humillado,
siento unas ansias fogosas
de abrazarte y bendecirte;
y ante tus plantas piadosas
quiero decirte mil cosas
que no sé cómo decirte...
¡Frente, qué herida de amor,
te rindes de sufrimientos
sobre el pecho del Señor,
como los lirios que, en flor,
tronchan, al paso, los vientos!
¡Brazos rígidos y yertos,
por tres garfios traspasados,
que aquí estáis, por mis pecados,
para recibirme, abiertos;
para esperarme, clavados!
¡Cuerpo llagado de amores,
yo te adoro y yo te sigo!
Yo, Señor de los señores,
quiero partir tus dolores,
subiendo a la Cruz contigo.
Quiero en la vida seguirte
y por sus caminos irte
alabando y bendiciendo,
y bendecirte sufriendo
y muriendo, bendecirte.
Quiero, Señor, en tu encanto,
tener mis sentidos presos,
y, unido a tu cuerpo santo,
mojar tu rostro con llanto,
secar tu llanto con besos.
Quiero, en este santo desvarío,
besando tu rostro frío,
llamarte mil veces mío...
¡Cristo de la Buena Muerte!
Y Tú, Rey de las Bondades,
que mueres por tu bondad,
muéstrame con claridad
la Verdad de las verdades
que es sobre toda verdad.
Que mi alma, en Ti prisionera,
vaya fuera de su centro
por la vida bullangera:
que no le lleguen adentro
las algarazas de fuera;
que no ame la poquedad
de cosas que van y vienen;
que adore la austeridad
de estos sentires que tienen
sabores de eternidad;
que no turbe mi conciencia
la opinión del mundo necio;
que aprenda, Señor, la ciencia
de ver con indiferencia
la adulación y el desprecio;
que sienta una dulce herida
de ansia de amor desmedida;
que ame tu Ciencia y tu Luz;
que vaya, en fin, por la vida
como Tú estás en la Cruz:
de sangre los pies cubiertos,
llagadas de amor las manos,
los ojos al mundo muertos
y los dos brazos abiertos
para todos mis hermanos.
Señor, aunque no merezco
que tú escuches mi quejido,
por la muerte que has sufrido,
escucha lo que te ofrezco
y escucha lo que pido.
Al ofrecerte, Señor, vengo
mi ser, mi vida, mi amor,
mi alegría, mi dolor;
cuanto puedo y cuanto tengo;
cuanto me has dado, Señor.
Y a cambio de esta alma llena
de amor que vengo a ofrecerte,
dame una vida serena
y una muerte santa y buena...
¡Cristo de la Buena Muerte!
(José María Pemán)

14ª Estación: Jesús es depositado en el sepulcro.
"¡Qué dulce sueño en tu regazo, madre,
soto seguro y verde entre corrientes rugidoras,
alto nido colgante sobre el pinar cimero,
nieve en quien Dios se posa como el aire del estío,
en un enorme beso azul,
oh, tú primera y extrañísima creación de su amor!
... Déjame ahora que te sienta humana,
madre de carne solo,
igual que te pintaron tus más tiernos amantes,
déjame que contemple tras tus ojos bellísimos
los ojos apenados de tu Hijo Jesús,
permíteme que piense
que posas un instante esa divina carga
y me tiendes los brazos,
me acunas en tus brazos,
acunas mi dolor,
nombre que lloro.
Virgen María, madre,
dormir quiero en tus brazos
hasta que Dios despierte".
(Dámaso Alonso)
FUENTE :
www.revistaecclesia.com/
ENVIÓ : PATRICIO GALLARDO V.