miércoles, 13 de agosto de 2008

SUEÑO DE VERANO.

Sueño de verano.
Soñé que nuestra santa Iglesia era una inmensa y preciosa parcela.
Sobre ella muchísimas personas y grupos se afanaban por encontrar el agua que mana hasta la vida eterna. Unos medían, otros proyectaban, otros dirigían, algunos excavaban. Había quienes teorizaban sobre la naturaleza del agua y la tierra a perforar. Todos iban y venían, se agitaban, discutían, competían por el lugar exacto del manantial verdadero.
Pero… todos pasaban sed, todos estaban insatisfechos.
Algunos, más avanzados y pudientes, se habían procurado unas enormes máquinas.
Con ellas -decían- seremos más eficientes y alcanzaremos el agua sin tardar.
De pronto se oyó un silencio imponente.
Y una voz suave se expandió como un perfume:
“Buscáis, os esforzáis, pero no encontráis porque habéis desorientado la búsqueda. “ El reino de los cielos está dentro de vosotros” (Lc 17,21).
Es dentro de vosotros donde mana el agua. ¿No lo recordáis?
“El agua que yo le daré será, dentro de él, manantial que salta hasta la vida eterna” (Jn 4,14).
Si cada uno venciese su miedo a la oscuridad interior y aguijase su manantial, no pasaríais sed.
Si cada uno se atreviera a dejarse brotar, os empaparíais unos a otros, os refrescaríais, os fortaleceríais. Los católicos de hoy juzgáis mucho pero os abrazáis poco, os comunicáis poco y os mostráis aún menos.
Sin embargo, la luz se os ha dado para ponerla sobre el candelero y el agua para regeneraros mutuamente”.Me desperté y me inundó aquella frase:
“Una sola cosa es necesaria” (Lc 10,42).
No he logrado quitarme de encima ni el sueño ni el despertar.
(
Jairo del Agua -laico y padre de familia ).

ENVIÓ : PATRICIO GALLARDO VARGAS.

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