lunes, 30 de junio de 2008

LO ÚNICO QUE HAGO ES BARRER.

Lo único que hago es barrer.

Un campesino muy inculto, de edad todavía avanzada, llegó a las puertas de un monasterio. Unos monjes le recibieron en la entrada y le preguntaron:
-Buen hombre ¿En qué podemos ayudarte?
-Amigos monjes, yo soy un hombre con mucha fe y en este momento de mi vida me gustaría recibir sus enseñanzas y conseguir la serenidad.
Los monjes hablaron entre sí, al margen del recién llegado. Al comprobar su incultura pensaron que no estaba capacitado para recibir enseñanzas y mucho menos para participar en sus métodos de autodesarrollo. No obstante, como parecía un hombre de fe y buena persona, le dijeron:
-Mira, buen hombre, si lo deseas puedes quedarte en el monasterio. Vas a ser el responsable de barrerlo todos los días. Puedes quedarte aquí y no te faltará nada, tendrás alojamiento, vestido y alimento.
El hombre aceptó y, unos meses después, los monjes empezaron a ver que cada día el campesino se encontraba mas tranquilo y sereno. Su cara mostraba una semisonrisa dibujada, en sus labios y un brillo muy especial en los ojos. Transmitía una verdadera paz y equilibrio. Tanto es así que uno de los monjes le preguntó extrañado:
-Buen hombre, parece que en estos meses que llevas aquí has sufrido una gran evolución espiritual ¿Estás practicando algún método especial?
-Hermanos -respondió el hombre- lo único que hago, con mucha atención, lucidez y amor, es el trabajo que me encargaron: barrer el monasterio. Pongo toda mi atención y precisión en eso y .al barrer la basura, pienso que estoy barriendo de mí todos los rencores, engaños, codicia y odio. Y cada día soy más y más feliz".
( Autor desconocido ).
ENVIÓ : PATRICIO GALLARDO VARGAS.

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