domingo, 18 de noviembre de 2007

LA MAYOR GLORIA DE DIOS - P. PEDRO ARRUPE SJ.

LA MAYOR GLORIA DE DIOS - P. PEDRO ARRUPE SJ.

Creado con una dependencia absoluta. Mi existencia es una creación continua. Cada instante una nueva creación. Sentir esa dependencia divina. Esa operación creativa de cada momento. Señor dame a sentir esto como diste a San Ignacio.
Esa continua creación es fuente de una humildad profundísima (todo de Dios) pero al mismo tiempo de una fortaleza extraordinaria (omnipotencia de Dios con nosotros). ¿Qué influencia ha de tener esto en nuestro trabajo?
La gloria de Dios es el máximo valor; por eso a ello hay que subordinarlo todo y al mismo tiempo es el valor que hay que conquistar, pese a quien pese, a toda costa: he aquí la necesidad del máximo esfuerzo: ahí la base del celo apostólico. De ahí un dinamismo inmenso que de una profundidad también máxima. El celo que quema, que abrasa, que no deja descansar, que quiere extenderse a todos.
La renovación espiritual del mundo está aquí. El mundo (incluso el religioso) se ha olvidado que el máximo valor es la gloria de Dios. Y además no sabe en que está la gloria de Dios. Esto es un punto central completamente ignaciano que da a la actividad apostólica, teológicamente considerada, su verdadera significación y actitud.
El sentido de la indiferencia es ese desprendimiento de todo que da una libertad de espíritu completa, disponiendo así el alma a la máxima disponibilidad bajo la acción del Espíritu Santo: que es la fuerza dinámica más grande. El dinamismo de la Compañía radica aquí: El máximo de libertad, de disponibilidad a la acción inmensa del Espíritu Santo.
El fin es Dios mismo, el valor creado mayor es la gloria de Dios: esa gloria es en concreto el conocimiento y amor que los hombres tienen de Dios y hacia Dios. De ahí que todos los medios tienen que ser medios en cuanto redundan en más conocimiento y amor de Dios. En estos medios (o creaturas) se incluyen todos sin restricción de ninguna clase: medios sobrenaturales y naturales, personas y cosas, positivas y negativas, agradables y desagradables.
La mayor gloria de Dios está en la intensidad y extensión de ese conocimiento: mayor conocimiento y más amor, intensidad perfección individual y colectiva. Mayor y mas extendido conocimiento y amor: conversión al Dios verdadero.
Qué es lo que Dios pide de mí como individuo? Que le procure la mayor gloria: es decir, que entregue todo mi ser y me de a todas las creaturas para darle la mayor gloria: es decir, para que yo le conozca y le ame y para que procure que otros le conozcan y le amen mas y mas: Ese es el verdadero sentido apostólico: el verdadero contemplativo en la acción.
Esa mayor gloria de Dios en mí está en la caridad que se perfecciona: que aumenta con el conocimiento y que origina una mayor unión con Dios. Cuanto más unido con Dios por caridad: doy yo por mi parte más gloria a Dios y soy un instrumento más perfecto para procurar la mayor gloria de Dios: porque unido a El haré siempre su voluntad del modo más perfecto; porque recabaré más gracias eficaces para los demás; porque iluminado por Dios haré en cada momento lo que más conviene para las almas; porque sabré elegir los medios más aptos para disponer a esas almas individualmente, como estructuras, como sociedad.
Pedro Arrupe SJ
Apuntes personales de sus Ejercicios en 1965
FUENTE : www.cpalsj.org/publique/cgi/
ENVIÓ : PATRICIO GALLARDO V.

No hay comentarios: