viernes, 5 de octubre de 2007

PARA DISFRUTAR Y REFLEXIONAR EL LIBRO DE ECLESIÁSTICO O SIRÁCIDES...

PARA DISFRUTAR Y REFLEXIONAR EL LIBRO DE ECLESIÁSTICO O SIRÁCIDES...


Hijo mío: cuida de tu padre cuando llegue a viejo; mientras viva, no le causes tristeza. Si se debilita su espíritu, aguántalo; no lo desprecies porque tú te sientes en la plenitud de sus fuerzas. El bien que hayas hecho a tu padre no será olvidado; se te tomará en cuenta como una reparación de tus pecados. En el momento de la adversidad será un punto a tu favor, y tus pecados se derretirán como hielo al sol.
SIRÁCIDES 3, 12- 15

Las palabras amables te harán ganar muchos amigos, un lenguaje cortés atrae respuestas benevolentes. Ten muchos amigos, pero para aconsejarte escoje uno entre mil. Si han encontrado un nuevo amigo, comienza por ponerlo a prueba, no le otorgues demasiado tu confianza. Hay amigos que sólo lo son cuando les conviene, pero que no lo serán en las dificultades. Hay amigos que lo son para compartir tu mesa, pero no lo serán cuando vayan mal tus negocios. Un amigo fiel es un refugio seguro; el que lo haya ha encontrado un tesoro.
SIRÁCIDES 6, 5-14

Habla si eres anciano, eso te corresponde; pero di cosas que tengan sentido, y no impidas la música. Cuando la están escuchando, no es el momento para discursos, no pases por sabio en el momento inadecuado. Habla, tú que eres joven, si te lo piden, pero no más de dos veces, y sólo para responder. Abrevia tu discurso, di mucho en pocas palabras. Demuestra que sabes, pero sobre todo que sabes callar.
Si estás con personas importantes, no las trates de igual a igual; trata de no conversar mientras otro habla.
SIRÁCIDES 32, 3- 9.

Más vale un pobre con buena salud y vigoroso que un rico que sufre de su cuerpo. La salud y una contextura firme valen más que todo el oro del mundo, y un cuerpo robusto más que una inmensa fortuna. No hay riqueza más grande que la salud del cuerpo, ni placer superior a la alegría de vivir. Más vale la muerte que una vida miserable, y el descanso eterno más que una enfermedad incurable. No te dejes llevar por la tristeza, ni dominar por tus preocupaciones. Un corazón alegre mantiene al hombre con vida; la alegría prolonga su existencia.
SIRÁCIDES 30 ,14-22

Hay tres cosas que hallo hermosas, y que son hermosas tanto para Dios como para los hombres: la unión entre hermanos, la amistad entre prójimos y la perfecta armonía entre marido y mujer. Hay tres clases de personas que aborrezco y cuya presencia no la soporto: un pobre orgulloso, un rico que miente y un viejo vicioso y tonto.
SIRÁCIDES 25 ,1-2

Les voy a decir de qué hay que avergonzarse realmente: De su mal comportamiento ante su padre y su madre: De la mentira ante un príncipe o poderoso: De un crimen ante un juez o un magistrado: de no saber dar y recibir: De no responder al saludo de otro: De apropiarte de lo que se le ha dado a otros: De mirar con insistencia a una mujer casada: de haber insultado a un amigo.
SIRÁCIDES 41, 16-25

El que ama a su hijo no le escatima los azotes, más tarde ese hijo será tu consuelo. El que educa bien a su hijo, tendrá sus satisfacciones; se sentirá orgulloso de él delante de sus parientes. El que instruye a su hijo será envidiado por su enemigo; y se alegrará de él delante de sus amigos. El que mima a su hijo tendrá que curar sus heridas, tendrá que ceder al más leve de sus gritos. Un caballo chúcaro no se puede montar, un hijo dejado a sus caprichos se vuelve insolente.
SIRÁCIDES 30, 1-8

No aspires a algo superior a tus fuerzas, ni te lances a investigar lo que sobrepasa tus capacidades. Profundiza lo que se te ha mandado, no tienes necesidad alguna de conocer los misterios ocultos. No te canses resolviendo problemas inútiles, el saber que te ha sido entregado desborda lo que una persona puede comprender. El obstinado acabará en el fracaso; el que ama el peligro dejará en él la vida. El obstinado se verá colmado de pruebas; es pecador y acumula pecados y más pecados. No hay remedio para la miseria del orgulloso; el mal ha echado raíces en él.
SIRÁCIDES 3, 21- 28

ENVIÓ : PATRICIO GALLARDO V.

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