“ MARTIRIO DE SAN ANDRÉS “ – BARTOLOMÉ ESTEBAN MURILLO.
Decálogo sobre el significado e interpelación del martirio cristiano a la luz del mensaje de los obispos españoles para las beatificaciones del 28 de octubre de 2007 de 498 mártires españoles.
1.- Los mártires son testimonio fehaciente de que el discípulo no puede correr una suerte distinta a la de su Maestro. En los discípulos revive Jesús su martirio. De este modo, los mártires y con ellos la Iglesia al reconocer, proclamar y exaltar su martirio glorifican a Dios por la fe que vence al mundo.
2.- Los mártires, atraídos por el amor a Jesús y a imitación suya, son una
realidad histórica ininterrumpida y bien fructuosa en los dos mil años de cristianismo.
3.- Los mártires están por encima de las trágicas circunstancias que los han llevado a la muerte. Ellos no estaban ni en trincheras, ni en barricadas, ni en los frentes, ni en foros partidistas políticos o mediáticos. Estaban en sus conventos, en sus parroquias, en sus hogares, en sus movimientos apostólicos, de donde fueron violentamente sacados por su condición de cristianos.
4.- Los mártires se vieron arrastrados y fueron víctimas de ideologías totalitarias que pretendían eliminar de la tierra el nombre del Dios de Jesucristo.
5.- Los mártires son testigos creíbles, coherentes y fecundos de la fe cristiana y del anuncio con la propia vida de que Jesucristo es el único Señor del tiempo, de la historia y de la entera existencia humana.
6.- Los mártires son luminoso signo de esperanza. El martirio es la encarnación suprema del Evangelio de la Esperanza, que no defrauda.
7.- Los mártires son signos de amor, de perdón y de paz. Murieron perdonando a sus verdugos y se convirtieron, de este modo, en artífices de reconciliación.
8.- Los mártires son profecía de redención y de un futuro divino, verdaderamente mejor para cada persona y para la entera humanidad. Los mártires son testimonio y anticipo del destino escatológico de la Nueva Humanidad.
9.- Los mártires son un signo elocuente y grandioso que se nos ofrece como don y que debemos contemplar e imitar. Son estímulo e intercesores de la necesaria renovación de la vida cristiana, máxime en tiempos de indiferentismo religioso y de laicismo militante y excluyente. Los mártires son modelos y mediadores para fortalecer nuestra fe, revigorizar nuestra esperanza, encender nuestra caridad, promover una viva comunión en la Iglesia y difundir la Nueva Evangelización.
10.- Los mártires son el símbolo, la realidad, la semilla y el signo más auténtico de la Iglesia de Jesucristo. Los mártires han pertenecido y pertenecen a todos los ámbitos sociales y a todos los estados de vida cristiana. El misterio del martirio es inseparable de la misión que Dios da a cada persona. Los mártires son testigos supremos de la Verdad que nos hace libres y nos salva.
FUENTE : www.revistaecclesia.com/
ENVIÓ : PATRICIO GALLARDO V.
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