martes, 11 de septiembre de 2007

EL PERDÓN DIVINO


EL PERDÓN DIVINO.


Mi preciado hijo, mi hijo arrepentido y perdonado. He visto tus lágrimas. Sentí tu remordimiento. Ven a mis brazos compasivos y misericordiosos y deja que te libre de toda pesadumbre y sentimiento de condenación.

A quien mucho se le perdona, mucho ama, mucho escarmienta por los errores cometidos y aprende a perdonar a los demás por sus errores. La mirada de juicio y crítica cambia en mira de amor y perdón, pues sabe cuánto se le ha perdonado. Se le ha dado una nueva oportunidad para vivir, una nueva perspectiva, un nuevo ideal.


Todo ser humano ha cometido alguna falta de la cual se arrepiente. Puede que te sientas muy mal por algo que has hecho. Lo lamentas y te resulta difícil superar el remordimiento por los errores cometidos. Desearías poder desandar lo andado y cambiarlo todo, volver a actuar sin cometer los mismos errores. Cuando repasas esas escenas o malas acciones en que incurriste, te abates y te condenas. El remordimiento y el pesar te abruman.

Pero yo no te condeno. No me fijo en el pasado ni en los errores cometidos, ni los guardo contra ti. No te contemplo con mirada de condenación. Si has pedido perdón y éste se te ha concedido, debes dejar atrás el remordimiento y el pesar. De otro modo, Satanás no deja de valerse de eso para impedir el flujo de mi amor.

No debes permitir que el espíritu de desazón, remordimiento o condenación te abrumen y te hundan. Esas cosas son del diablo. Simplemente debes pedir perdón y dejarte perdonar. A partir de ahí no hay por qué angustiarse. No significa que hayas hecho algo que no te haya pesado, sino que ya no das lugar al remordimiento.

Ya no recuerdo tus pecados ni los guardo contra ti. Los borro de mi memoria porque te amo. He escuchado tus oraciones y te perdono todos tus pecados.

Acepta mi clemencia y líbrate de la autocensura. Acepta el poder redentor de mi sangre, que te limpia de todo pecado.

( Graciela Baquerizo ).

ENVIÓ : Patricio Gallardo V.

No hay comentarios: